2. Ecorregiones Argentinas

La necesidad de conservación y aprovechamiento sustentable del patrimonio natural hace necesario el establecimiento de marcos regionales para proveer al conocimiento de ese patrimonio, a la determinación de la oferta de bienes y servicios naturales que ofrece y al reconocimiento de los efectos de las actividades humanas sobre los sistemas naturales.

A tales efectos se confeccionó el Mapa de Ecorregiones (4), definidas éstas como el:

“territorio geográficamente definido en el que dominan determinadas condiciones geomorfológicas y climáticas relativamente uniformes o recurrentes, caracterizado por una fisonomía vegetal de comunidades naturales y seminatural que comparten un grupo considerable de especies dominantes, una dinámica y condiciones ecológicas generales y cuyas interacciones son indispensables para su persistencia
a largo plazo”.

El estudio de las ecorregiones se realiza con base en tres criterios fundamentales:

  1. Definir las ecorregiones utilizando elementos de juicio múltiples, en base a unidades de paisaje (geomorfología, hidrología, suelos, vegetación) y el clima
  2. Integrar en un solo producto la información disponible
  3. Enfocar cada versión de las ecorregiones como parte de un proceso de aproximaciones sucesivas efectuadas a medida que avanzan los conocimientos científicos que la sustenta.

Altos Andes: formado por las altas cumbres de los diferentes cordones montañosos de la Cordillera de los Andes, su clima es frío y en general las cumbres más altas presentan nieves permanentes; la heliofanía es alta y la amplitud térmica muy grande. Las precipitaciones son del orden de los 100 a 200 mm anuales. El relieve, la actividad morfodinámica y el clima severo inhiben la evolución de los suelos. La vegetación predominante es la estepa graminosa o arbustiva, baja y rala, adaptada a la rigurosidad del clima. La fauna altoandina está igualmente adaptada a las duras condiciones ambientales de la montaña.


Puna: en esta ecorregión se asocian caracteres geológicos, morfológicos y ecológicos muy particulares. Comienza en la frontera noroeste del país, dando continuidad al altiplano boliviano. El sistema de drenaje, generalmente endorreico, forma numerosas cuencas cerradas donde el escurrimiento descarga en salares y a veces en lagunas.
Las altitudes son generalmente superiores a los 3.000 m , el clima es frío y seco, y presenta gran amplitud térmica diaria. Las lluvias son estivales y promedian los 100 a 200 mm anuales. Los suelos, de escaso desarrollo, a veces pedregosos o salinos, y escasamente cubiertos por la vegetación, son muy susceptibles a la erosión. La vegetación dominante es la estepa arbustiva.


Monte de Sierra y Bolsones: constituye una región árida con amplia diversidad biológica, geomorfológica y altimétrica. El clima es subtropical seco con escasas precipitaciones, en general entre los 80 y 200 mm . La radiación es intensa y la nubosidad baja. La temperatura de verano es cálida, el resto del año el frío es más o menos intenso. La aridez limita la evolución de los suelos, los que son predominantemente arenosos, pobres en materia orgánica y salinos. La fisonomía vegetal del monte es una estepa arbustiva alta (de 1 a 3 metros de altura), a veces muy abierta.


Yungas: se presentan en las laderas orientales de los Andes del norte de nuestro país. Su amplia extensión en Sudamérica permite reconocer esta ecorregión desde Venezuela hasta el noroeste argentino. El clima es cálido y húmedo a subhúmedo. Las condiciones de temperatura y humedad varían en razón de la altitud, latitud y exposición de las laderas. Estas sierras conforman una barrera orográfica que condensa las corrientes húmedas que provienen del anticiclón del Atlántico Sur, lo que permite la existencia de una espesa cubierta selvática.
Las altitudes varían entre los 400 y 3000 metros s.n.m., y la precipitación anual es del orden de los 800 a 2000 mm . Los suelos predominantes presentan desarrollo incipiente y abundante materia orgánica. El fuerte gradiente altitudinal origina importantes variaciones climáticas y, en consecuencia, diferentes formaciones vegetales.


Chaco Seco: comprende una vasta planicie que presenta una suave pendiente hacia el este. El clima es continental, cálido subtropical, con áreas que presentan las máximas temperaturas absolutas del continente. Las precipitaciones varían entre 500 y 700 mm anuales y son marcadamente estivales.
En la mitad norte de la ecorregión se encuentran suelos más o menos evolucionados, ricos en nutrientes minerales y de textura media a fina, mientras que hacia el centro y sur predominan suelos arenosos con bajo contenido de materia orgánica. El tipo de vegetación característica es el bosque xerófilo. También abundan bosques serranos sabanas y pastizales.


Chaco Húmedo: es una ecorregión con pendiente muy suave hacia el este, en la que predominan ambientes deprimidos. El clima es subtropical cálido. Las lluvias poseen valores del orden de 1.300 mm anuales en el borde oriental y disminuyen hacia el oeste. La vegetación presenta mayor diversidad que la del Chaco Seco y la fauna es muy variada como consecuencia de la heterogeneidad de hábitat.


Selva Paranaense: Conforma la selva subtropical húmeda que cubre la cuencas altas de los ríos Paraná y Uruguay, en el sur de Brasil, este de Paraguay y el extremo noreste de la Argentina. En Argentina, ocupa casi todo el territorio de la Provincia de Misiones, donde sus límites están representados por tres ríos: el Uruguay, el Paraná y su tributario, el Iguazú. El clima es cálido y húmedo; las lluvias varían desde 1.600 mm hasta unos 2.000 mm y están relativamente bien distribuidas en el año.
La temperatura media anual es del orden de 20º C. Presenta suelos lateríticos.
La vegetación presenta una densa cobertura arbórea, conformada por 4-5 estratos verticales, alcanzando el superior 30 a 40 m de altura. Posee en toda su extensión 2.000 plantas vasculares y el sector argentino exhibe la diversidad biológica más alta de todas las ecorregiones del país. A título ilustrativo, se han citado unas 550 especies de aves sólo para la provincia de Misiones, lo que representa más del 50 % de la avifauna argentina.


Esteros del Iberá: ocupan el centro norte de la Provincia de Corrientes. Los diversos componentes del paisaje son reconocidos como lagunas, embalsados de vegetación flotante, esteros y bañados. Los diversos esteros están separados entre sí por extensos cordones arenosos. Los suelos son frecuentemente orgánicos, hidromórficos y arenosos; los de albardones son también arenosos y poco evolucionados, casi siempre con napa freática poco profunda.
La vegetación propia de los diferentes ambientes presenta vegetación palustre arraigada; embalsados con camarotes y otros vegetales que forman islas flotantes a la deriva; pajonales en cañadas y bañados; prados; anegadizos en bancos de arena; isletas de bosque constituido por especies de la selva.


Campos y Malezas: abarca el sector periférico de la Selva Paranense y se continúa en los llanos vecinos del sur de Brasil y este del Paraguay; hasta el norte de la Argentina. Su paisaje predominante es el de vastos pastizales de llanura, de relieve ondulado en el norte y plano en el sur.
El clima es subtropical húmedo con lluvias de alrededor de 1.500 mm anuales, uniformes a lo largo del año. La vegetación está conformada en el norte por pastizales y pajonales compuestos por diversas comunidades herbáceas. En conjunto forman los llamados "campos" que, por su condición subtropical y húmeda, albergan una gran riqueza en especies de pastos y otras hierbas. Diversificando la fisonomía vegetal, aparecen cinturones de selva en galería, acompañando los cursos fluviales, e isletas de bosque. En el sur, la fisonomía vegetal se vuelve de pajonales casi puros y muy uniformes sobre suelos encharcados.


Delta e Islas del Paraná: comprende los valles de inundación de los trayectos medios e inferiores de los ríos Paraná y su tributario, el Paraguay, los que recorren la llanura chaco-pampeana, encajonado en una gran falla geológica.
La vegetación conforma bosques y arbustales, siempre en delgadas franjas ribereñas sobre los albardones; pajonales y pastizales en los interiores de isla sin espejo de agua abierta; comunidades hidrófilas y acuáticas sobre las riberas de ríos y canales y en lagunas del interior de islas. La fauna es particularmente rica debido a la variedad de ambientes y la presencia de refugios naturales.


Espinal: es una ecorregión de la llanura chaco-pampeana. El paisaje predominante es de llanura plana a suavemente ondulada, ocupada por bosques bajos, sabanas y pastizales, hoy convertidos en gran parte a la agricultura. Los suelos son de características muy variables. El clima es, en razón de la extensión de la región, extremadamente variable: cálido y húmedo en el norte, templado y seco con marcados déficit hídricos, hacia el oeste y sur. Las formaciones vegetales características son los bosques bajos de especies leñosas xerófilas, densos o abiertos, de un solo estrato, y las sabanas, alterando con pastizales puros.


Pampa : también llamada Llanura o Pradera Pampeana, ocupa una vasta zona del centro del país. El clima es templado-húmedo a subhúmedo, con veranos cálidos.
Las lluvias, distribuidas durante el año, varían desde aproximadamente 600 mm en el suroeste, hasta 1. 100 mm en el noreste. Los suelos presentan altos contenidos de materia orgánica y nutrientes y con horizontes subsuperficiales arcillosos. La formación vegetal originaria característica es el pastizal.


Monte de Llanuras y Mesetas: se extiende al este de la Cordillera de los Andes. El clima es templado-árido y las escasas precipitaciones se distribuyen, en el norte, a lo largo del año. Los suelos son predominantemente aridisoles, en correspondencia con el clima árido.
La salinidad y pedregosidad son rasgos frecuentes. La vegetación es más pobre en comunidades y especies que la del Monte de Sierras Bolsones.


Estepa Patagónica: es una ecorregión casi exclusiva de la Argentina , que abarca la porción sur del país. Representa las cuencas medias e inferiores de los ríos de la vertiente atlántica y ciertas cuencas endorreicas, con lagos y lagunas en las depresiones. El clima es frío y seco, con características de semidesierto, con precipitaciones menores a los 250 mm de promedio anual en casi toda la región, aumentando cerca de la Cordillera. Son característicos los fuertes vientos del oeste, las lluvias o nevadas de invierno, los veranos secos y heladas durante casi todo el año. Presenta un relieve de mesetas escalonadas hacia el este, montañas y colinas erosionadas, dunas, acantilados costeros y valles de ríos.
La vegetación se caracteriza por presentarse bajo la forma de matorrales achaparrados, adaptados a las condiciones de déficit de humedad, bajas temperaturas, heladas y fuertes vientos: son arbustos bajos (de menos de 50 cm . de altura), muchos con forma de cojín, otros espinosos, con hojas diminutas o sin hojas.


Bosques Patagónicos: también llamados Subantárticos o Andinos-Patagónicos, se extienden como una estrecha franja recostada sobre el macizo cordillerano desde el norte del Neuquén hasta Tierra del Fuego e Isla de los Estados.
El paisaje es de montaña, de relieve abrupto y escarpado, con picos nevados, valles glaciarios, geoformas de origen volcánico en el norte, numerosos cursos de agua y lagos que desaguan a través de distintos ríos a las vertientes del Atlántico o del Pacífico. Las alturas máximas llegan a 3.000- 3.700 m s.n.m. y van disminuyendo hacia el sur.
El clima es templado a frío y húmedo, con copiosas nevadas o lluvias invernales, heladas durante casi todo el año y fuertes vientos del oeste. Hacia el este, desciende rápidamente la precipitación promedio y el bosque se empobrece en géneros y especies.


Islas del Atlántico Sur: La ecorregión está representada en las Islas Malvinas, Islas Georgias del Sur, Islas Sandwich del Sur e islas subantárticas al norte del paralelo 60º de latitud Sur. Por las extremas condiciones climáticas y la naturaleza rocosa del terreno, los suelos están escasamente desarrollados encontrándose inceptisoles, suelos orgánicos y turberas.
El clima dominante es oceánico, frío y húmedo. No hay bosques naturales y los tipos de vegetación dominante son las estepas graminosas.


Mar Argentino: La ecorregión marina incluye la Plataforma Continental Argentina que puede subdividirse en una subregión "costera", representada por la franja de costas hasta la profundidad de 40 m y la subregión de la "plataforma exterior", que se extiende desde la profundidad de los 40 m hasta la de los 200 m.
La diversidad de la flora y la fauna de la ecorregión está relacionada con la diversidad de los ambientes y la latitud geográfica.


Antártida: Abarca todo el continente Antártico e islas al sur del paralelo de 60', como las Orcadas y Shetland del Sur. En la Argentina corresponde al Sector Antártico Argentino. Las precipitaciones, en su totalidad en forma de nieve, alcanzan registros de 1.000 mm anuales.

Las temperaturas en la Antártida son siempre muy bajas, llegando a -42 ºC en la noche polar y en el mes más caluroso, la media anual no supera en general los 0 ºC . Debido a la rigurosidad del clima y por estar la mayoría de las áreas terrestres cubiertas con nieve y hielo la mayor parte del año, la flora es muy escasa y está limitada a los sectores próximos al mar.


 
(4) Burkart, Rodolfo, Bárbaro, Néstor O., Sánchez, Roberto O. y Gómez, Daniel A., 1999. Eco-regiones de la Argentina. Programa Desarrollo Institucional Ambiental, Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, Administración de Parques Nacionales, Buenos Aires.
(5) Convenio sobre la Diversidad Biológica, 1992. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Río de Janeiro.
 
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