6.5. Reflexiones Finales

No tiene nada de novedoso afirmar que la práctica asambleísta ha declinado profundamente desde principios del 2002, época de pleno auge movimientista. Aún así, el trabajo de campo realizado nos permite brindar algunas cuantificaciones de esta declinación.

  • Así, podemos afirmar que, si bien no se ha relevado todo el territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en aquellos barrios relevados al momento de la edición del presente documento de 49 Asambleas registradas a principios del 2002, hoy quedan en funcionamiento sólo 18; en otras palabras, una tercera parte de las iniciales.
  • El fenómeno declinante no se da únicamente a través de la cantidad de las mismas sino también del número de participantes. Mientras que en un comienzo las mismas estaban compuestas , en promedio, por alrededor de 150 personas, en la actualidad ese promedio se sitúa en torno de las 25 personas:

Veo que el grueso de la población ven como que ya paso el movimiento asambleario, ahora encolumnémonos nuevamente detrás de esta nueva esperanza política, dentro del mismo sistema que tenemos...y no sé, quizá puede ser que exista ahí como un brotecito por si no nos gusta lo que hacen (...) estamos dispuestos a salir nuevamente” (Alberto, 50 años, asambleísta de Almagro)

“Al principio la reunión de la gente en las asambleas funcionaba como una especie de catarsis, la gente venia a la asamblea a contar sus problemas, por ejemplo lo de su guita que se había quedado en el corralito. Cuando vieron que las asambleas no podían resolver este tipo de problemas empezaron a irse, entonces de los 150 que éramos quedamos alrededor de 30 personas” (Andrea, 36 años, asambleísta Altos de Palermo)

  • Otra característica a destacar es justamente en el aspecto simbólico: la práctica asambleísta ha dejado, en su mayoría, los espacios públicos para situarse en lugares cerrados, actuales sedes de las mismas, pudiéndose también nombrar cuestiones de tipo ‘prácticas’ en esta reubicación de las asambleas, ya sea por la imposibilidad de reunirse por el mal clima, los ruidos, la menor cantidad de participantes, etc., lo cual llevaba a que muchos integrantes dejaran de asistir; como también por buscar un lugar en donde poder desarrollar sus actividades:

“...algunas asambleas llegaron en un momento que de 500 personas llegaron a ser 20. Allí dicen, algo malo debemos estar haciendo que la gente se fue. A nosotros nos pasó, allí comenzó el tema del lugar, debimos conseguir donde reunirnos" (Graciela, 45 años, Parque Avellaneda).

  • En lo relativo a las propuestas, algunas han abandonado las consignas de cambio político-institucional para centrarse en los problemas barriales tales como talleres de capacitación, comedores, ferias artesanales y micro emprendimientos (por citar algunos), que los alejan de un discurso político, si bien el activismo político de izquierda es bastante marcado en varias de ellas. Esta supuesta contradicción podría explicarse por el carácter de ‘brazo de extensión del Partido’ con que se ve a las asambleas por estos participantes, en donde la institucionalización del cambio político lo buscan a través de las estructuras partidarias mientras que las asambleas actúan como un ‘medio de difusión’ de la actividad del Partido, siendo por esto mismo no necesaria la inclusión de temas netamente políticos en la agenda de las asambleas.

Pero este cambio relativo no ha desdibujado lo que en párrafos anteriores definiéramos como el campo de lucha entre los que pugnan por un espacio y quienes no quieren perder los privilegios obtenidos. Por el contrario, muchos han sido los intentos desde la política para capitalizar estos movimientos:

“Vinieron de distintos partidos a hacer campaña, nos ofrecieron plata, cargos para participar, y nosotros nunca aceptamos nada. Vienen siempre, está en la conciencia de cada uno” (Laura, 28, Asamblea “20 de Diciembre”)

“A veces se acercan políticos pero sólo prometen y no cumplen, pero igual esta asamblea no se relaciona con política, solo busca conseguir lo necesario para vivir como cualquier persona”( Alberto, 40, Asamblea Plaza Irlanda)

[¿se acercó algún político?] “Sí, se acercaron. Querían, esencialmente, representación. Es decir, en la medida de que los políticos estaban siendo capturados, que una asamblea le diese aval a un político le posibilitaba poder caminar por las calles y seguir firmando cosas y demás diciendo que representaba a la asamblea” (Alberto, 51, Asamblea Scalabrini Ortiz y Padilla).

  • Sin duda, las respuestas por parte de las Asambleas fueron muy heterogéneas. Por un lado, las que rechazaron rotundamente todo tipo de negociación o relación con políticos y/o el Gobierno de la Ciudad (principalmente a través de los Centros de Gestión y Participación) y, por otro lado, las que aceptaron relacionarse recibiendo algún tipo de ayuda oficial sea para sus sedes como, principalmente, bolsones de alimentos para sus comedores, lo cual generó en muchos casos fuertes discusiones internas y hasta rupturas.

Si bien como dice Carlos, 45, de la Asamblea Altos de Palermo:” Nosotros aprendimos que ejercer nuestro derecho de utilizar un espacio que nos pertenece a todos no significa que estemos de acuerdo con el gobierno o nos hayamos unido a él”, el hecho que aproximadamente una mitad se encuentre con algún tipo de relación con los estamentos formales del Estado también ayuda a modelar el presente y futuro de este movimiento, ya que va diluyendo su componente político por otro más cooperativo y de carácter social.

  • Evidentemente, desde su nacimiento y apogeo hasta la actualidad, muchos han sido los debates internos, las conformaciones y evoluciones de estas Asambleas Barriales, tan similares en cuanto a génesis pero también tan disímiles en cuanto a los medios elegidos para lograr su supervivencia y fortalecimiento.
  • Aún así, esta ha sido una experiencia colectiva que no ha de pasar sin dejar su huella. Una vez más, este pensamiento puede ser bien sintetizado por las palabras de uno de sus protagonistas:

"...si apreciamos la enseñanza de las asambleas, creo que lo que dejaron es un legado de democracia, de pluralismo, de participación, de respeto (...) esto no cae en saco roto, esta es una experiencia que va a tener un brote fuerte en algún momento" (Rodrigo, 45 años, Asamblea “El Almacén”)

Las asambleas barriales se sumaron a saqueos, cacerolazos, corte de rutas y escraches para configurar un cuadro heterogéneo de formas, actores y demandas. En estas protestas convergieron todas las experiencias acumuladas durante las ultimas décadas; conviven los elementos residuales de la lucha obrera y los nuevos repertorios de acción colectiva que resultan del complejo cuadro de los cambios estructurales, de las acciones gubernamentales y de las prácticas sociales de sus protagonistas. De esta inmensa telaraña cobra fuerza la idea de que la gente común está utilizando nuevas herramientas para reclamar sus intereses. Las profundas transformaciones parecen anunciar que, posiblemente, estemos asistiendo a la conformación de un nuevo entramado social.” (Lobato, M. & Suriano, J. 2003: 152-153).

 



ACTIVIDAD 1

Trabajo Práctico :

  1. Cuales son las transformaciones que sufrió la Argentina en los últimos tiempos.
  2. ¿Cuáles son los cambios que hubo en el trabajo?
  3. Realice un ensayo teniendo como eje los siguientes puntos Democracia-Crisis de Representación. Además de su opinión utilice los materiales de la Unidad lV

 

 

 

 
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