Las discusiones acerca del método científico se inscriben
en una serie de errores conceptuales que llevan a disminuir su importancia,
en algunos casos, o a pensar que es la llave para puede resolver todos
los problemas de la ciencia, en otros.
Consisten, centralmente, en:
- confundirlo con los distintos métodos experimentales o de observación
que se utilizan en la investigación;
- suponer que es la clave para llegar a los grandes descubrimientos de la ciencia;
- en suponer que basta hacer ciencia para conocerlo a fondo.
¿Método o métodos?
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El primero de los equívocos acerca del método
científico plantea una falsa disyuntiva entre éste y los
métodos y técnicas que son propias de cada disciplina, y
que se utilizan para estudiar el campo de conocimiento que les pertenece,
les atañe. |
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Sabemos, por ejemplo, que:
- la experimentación con animales es propia de la fisiología (aunque no solo de ella),
- la disección de la anatomía,
- el análisis espectrográfico de la química,
- la exploración con telescopio de la astronomía, etc.
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Esto lleva a decir, erróneamente, que no hay método, sino
métodos.
La confusión radica en que si bien es cierto que existe una enorme
diversidad en las formas específicas con las que los científicos
exploran la realidad, y que son adecuadas a cada objeto de estudio, no
son lo que se entiende por método científico.
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Este se trata, por lo contrario, de una forma de pensamiento
que es común a todas las disciplinas, a todas las ciencias.
En este contexto, las metodologías específicas son
utilizadas cuando se ponen a prueba las hipótesis que se
plantean desde el método científico. |
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