Proceso de Constitución del Aparato Psíquico - 3

Freud plantea que no se concibe la supervivencia de un ser tan indefenso para resolver autónomamente sus necesidades. El auxilio externo materno a partir de estas primeras vivencias se va a constituir como un objeto privilegiado, en tanto llegará a ser objeto del deseo, del que depende la supervivencia + el afecto, y del que también depende la posibilidad de progreso del aparato psíquico.

En esa etapa el ambiente familiar funciona como un Yo auxiliador (el Yo definitivo se conformará más adelante).


Pensemos que éste aun no percibe la realidad exterior, sino sólo fragmentos relacionados con sus pulsiones y descargas. Para que haya progreso, para que el aparato psíquico se complejice, se hará necesario romper con el circuito de la alucinación primordial. Por más que lo desee y alucine el bebé volverá a sentir la presión del hambre (necesidad orgánica) y registrará (representará psíquicamente) la NO satisfacción de su necesidad, surgirá la Vivencia de Dolor.


La vivencia de dolor va a desarticular los procesos primarios de alucinación, de satisfacción inmediata y de forma siempre igual. Va a poner un límite al funcionamiento alucinatorio, ya que la alucinación finalmente no le proporciona el alimento.

Por otra parte sucede que en las sucesivas lactancias, la acción específica va teniendo variaciones (cambia el pezón a mamadera, ahora la mamá canta, hay otro tipo de ruidos, lo alimenta otra persona, etc.) nunca va a ser la misma imagen, aunque éstas también producen satisfacción. Lo que aparece no es exactamente igual, sino parecido.


La/s persona/s que desarrollan la función materna van operando variaciones, y de esta forma también va creciendo la cantidad de imágenes y acciones asociadas con la satisfacción.

  • Vemos entonces, que lo que era solamente una excitación corporal (somática) placentera o displacentera, pasa transformarse en una representación de deseo psíquico, y en una búsqueda de las acciones que específicamente van a resolverlo.
  • Con esto progresa el aparato anímico, movido por el deseo. Va en camino de discriminar alucinación de realidad. Cuando los signos de realidad no corroboran las alucinaciones, se hace necesario percibir la realidad tal como se da. Se producen los primeros juicios de realidad, que tienen ver con la existencia real o no de “cosas” que producen placer o displacer.

En otras palabras:

El deseo está presente, pero la realidad no armoniza con el, sino en parte.

La realidad va variando y se generan diferentes representaciones a partir de la experiencia.

Luego ante el deseo se producirá, en el lugar de una alucinación, un recorrido por diversos recuerdos que se parecen y quedaron asociados a la satisfacción.



Es el primer ejercicio del Pensamiento, que en este caso se puede definir como un recorrido a través de recuerdos (huellas, representaciones) que partiendo de una diferencia se detiene en la coincidencia.

Para el Psicoanálisis, el deseo es el verdadero motor del aparato psíquico. El pensamiento produce un desvío, un compás de espera, y al final de su recorrido se realizará la acción.

En el origen, el pensamiento comienza a operar presionado por una profunda desadaptación, es precario y se maneja con alucinaciones. Más tarde, el aparato comenzará a discriminar entre lo percibido y lo recordado, entre fantasía y realidad.


Nota: Puede consultar en BIBLIOTECA el material utilizado para “Clase satelital”. Le recomiendo asistir a la presentación de los videos en cada zona.

 
 
Inicio
 
Salir