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Jordi Borja(6) señala que el espacio público como concepto jurídico es un espacio ligado a una regulación específica por parte de la administración pública, que posee la facultad de dominio sobre el suelo y fija las condiciones de utilización y de instalación de actividades. |
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Desde una perspectiva sociocultural -que es la que nos interesa-, el espacio público es un lugar de relación, de contacto entre las personas, de animación urbana y, muchas veces, de expresión comunitaria. |
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Z. Bauman analiza en el texto que ustedes tienen de lectura obligatoria, la creciente erosión de la idea de “civilidad” en los espacios públicos de las grandes ciudades; de allí que dicho autor emplea el concepto de “espacios públicos no civiles”.
Ocurre que las ciudades modernas –y lo que voy a señalar fue motivo de preocupación para urbanistas e intelectuales desde el siglo XIX- son escenarios de encuentros entre extraños. Los aspectos más inquietantes de la vida entre extraños pueden ser parcialmente suavizados y hasta neutralizados –de allí la idea de civilidad destacada por R. Sennet y que Z. Bauman recupera- pero es difícil librarse de ellos completamente (y menos aún en el momento actual cuando cualquier mirada en la calle –como lo apunta J. M. Barbero en un texto que analizaremos más adelante- es una potencial amenaza). |
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Z. Bauman(7) enfatiza –citando al sociólogo Erving Goffman- que la distracción cortés es uno de los mecanismos que hacen posible la vida entre extraños. Ello consiste básicamente en el cuidado arte de “no prestar atención” al otro, en la evitación visual, en tratar a los extraños como el telón de fondo de la escena urbana. Esto conduce a que las personas estén físicamente próximas pero mental y moralmente distantes. |
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Bauman señala que el “anonimato universal” de la gran ciudad significa liberarse de la molesta vigilancia e interferencia de los otros, al tiempo que la “invisibilidad moral” que se alcanza gracias a la distracción cortés provee ciertas condiciones de privacidad y libertad que serían difíciles de alcanzar de otro modo. |
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Estos serían los rasgos “positivos”, caracteres que son exactamente lo contrario del tipo de relaciones que alienta la idea de civilidad de R. Sennett. Justamente, Bauman destaca que la interacción social al abrigo de la distracción cortés es un proceso desprovisto de significación moral.
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Una relación humana es moral cuando surge del sentimiento de responsabilidad por el bienestar del otro. |
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La responsabilidad es moral en tanto es totalmente desinteresada e incondicional, dichos atributos por el otro derivan de que es un ser humano. Precisamente, la proximidad moral a diferencia de la mera proximidad física, tiene esa hechura. |
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En el “anonimato universal” la proximidad física ha sido desprovista de su aspecto moral.
Como consecuencia de la distracción cortés, los extraños no son tratados como enemigos y, sin embargo, se ven privados de esa protección – por ejemplo la falta de preocupación por las necesidades de los otros- que sólo la proximidad moral puede proveer.
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