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Es a partir del análisis de esa "realidad rebelde" que, en términos gramscianos conforma el primer grado de la relación de fuerzas, que puede determinarse objetivamente el "tipo" de sociedad (abarcando en la definición simultáneamente la "contradicción principal" y las "contradicciones secundarias" que operan en el nivel estructural), así como el "tipo de revolución" que tal sociedad puede plantearse
con realismo. |
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Este análisis incluye, desde el momento en que el capitalismo es un sistema mundial, no sólo las relaciones sociales objetivas que predominan en el interior de cada sociedad nacional, sino los nexos que ligan a ésta con el sistema internacional capitalista, entendiendo a éste no como "la yuxtaposición de sistemas capitalistas nacionales", sino como una red integrada de relaciones cuyo eje es la acumulación a escala mundial. |
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La Argentina formaría parte, así, del conjunto de sociedades capitalistas dependientes. |
- Decimos que es capitalista porque tanto en la ciudad como en el campo, predominan abiertamente las relaciones capitalistas de producción, distribución, consumo e intercambio. Partiendo de este análisis de la lucha de clases en el plano social, la contradicción principal aparecería como contradicción entre fuerza de trabajo y capital, entre proletariado y burguesía, de acuerdo con el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y el tipo de relaciones de propiedad dominantes.
- Pero añadimos que la sociedad argentina es dependiente, esto es, forma parte de los países llamados del "Tercer Mundo", insertados en una división internacional del trabajo establecida por las naciones imperialistas. La dependencia que oprime a la Argentina sería así una relación de subordinación entre naciones formalmente independientes, en cuyo marco las relaciones de producción de las naciones subordinadas son modificadas o recreadas para asegurar la reproducción ampliada de la dependencia"(6). Para algunos, el significado de la dependencia sobre la sociedad argentina como totalidad sería de tal magnitud, que la contradicción principal se redefiniría como antagonismo entre Nación e Imperialismo.
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En buena medida, tácita o explícitamente, la discusión de las estrategias políticas revolucionarias gira alrededor de esas posiciones extremas que, al ubicar ambas el eje de la lucha de clases en el marco nacional y no en el del capitalismo como sistema mundial, disocian alternativamente a los dos componentes de la definición, enfatizando sea el capitalismo como sistema nacional de estratificación o a la dependencia como sistema mundial
de estratificación. |
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Lo correcto parece ser encontrar el punto en que ambas variables se articulan, tal como lo plantea la moderna teoría marxista de la dependencia:
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"la controversia -señala Amin- podrá superarse únicamente si se considera que la lucha de clases no se desenvuelve dentro de los cuadros nacionales, sino en el cuadro del sistema mundial". |
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Empíricamente, para el caso argentino, que es un grado dentro de la escala de capitalismo dependiente, ese plano de articulación sólo puede encontrarse a través del examen de las características con que opera actualmente el capital imperialista, superada la etapa de dependencia con relación a Gran Bretaña y de crecimiento "hacia afuera" de las fuerzas productivas. Desde ese momento, ubicable muchas décadas atrás, el imperialismo dejó de ser un factor primordialmente "externo" para transformarse básicamente en "interno", en pivote estructural de la economía. La Argentina siempre ha sido una sociedad con escaso poder de decisión, pero esa subordinación, actualmente, se ha "interiorizado" mucho más, fusionando al imperialismo con la estructura productiva local más desarrollada: no estamos enfrentando solamente a una "bomba de succión" exterior al sistema sino a un componente interno, expresado en el control del capital extranjero sobre los centros más dinámicos de la actividad industrial, constituido así en factor decisivo para la expansión de las relaciones capitalistas de producción.
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A partir de esta característica, la contradicción principal en la Argentina se establece por el antagonismo entre dos campos de interés, dos alianzas de clase, lideradas respectivamente por el capital imperialista enraizado en la estructura productiva y por la fracción del proletariado directamente explotada por él. |
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Extendiendo a la sociedad global la definición que Serge Mallet utiliza específicamente para el mundo obrero, esta contradicción entre burguesía monopolista y proletariado industrial, en el espacio de la fábrica dominada por el capital imperialista, constituiría -claramente desde los años 60- el "nudo estructural" de la sociedad, el terreno de constitución de las principales fuerzas en pugna.
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Ambos sectores predominarían, a su vez, en el interior de sus campos de interés sobre otras clases o fracciones, por lo que un segundo paso en el análisis debe lleva a determinar empíricamente la composición específica de cada una de estas alianzas, así como las contradicciones secundarias que operan en el interior de cada una de ellas. |
Pero todo esto, por más refinado que resulte el análisis (y está claro que cuanto más lo sea mejores podrán resultar a posteriori las conclusiones políticas) nos mantendrá todavía en el examen del nivel económico-social de la contradicción, sin relacionarlo con la diferencia de "tiempos" que lo alejan de los otros niveles. Lo que nos marcaría es "el grado de realismo y posibilidad de realización" (Gramsci) de las luchas políticas e ideológicas; es decir, la "determinación en última instancia" del movimiento de lo económico sobre el movimiento de las otras instancias.
Pasar de ese nivel al de las relaciones de fuerza políticas supone una discontinuidad, una ruptura: en el plano del examen de coyuntura decir que la contradicción principal en la Argentina actual se da entre proletariado y capital imperialista es sólo fijar un punto de partida no un punto de llegada, en tanto éste sólo puede hallarse en el espacio de la lucha concreta por el poder político. Pero, a la vez, la eficacia de esa lucha desde el punto de vista revolucionario no puede fundarse sin tomar como básico, como determinante, al nivel económico-social de la contradicción.
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No hay, en una palabra, posibilidad de constitución de un bloque social de alternativa destinado a reemplazar revolucionariamente al estado actual, sin un "descubrimiento" científico de las alianzas de clases que expresan campos de intereses antagónicos y del papel predominante que en una u otra de ellas tiene objetivamente una fracción de esas clases. Y esto, porque la base de toda estrategia eficaz es el logro de la correspondencia entre el nivel económico-social de la contradicción y el nivel político-social. |
Esta relación entre niveles no siempre aparece articulada en la discusión política e ideológica de los grupos que en la Argentina se postulan como revolucionarios. La trabazón entre las dos instancias de la contradicción se disocia, sea en un socialismo que puede acertar en el pronóstico a largo plazo pero que se muestra ineficaz para operar en la coyuntura, o en un politicismo que puede acertar en la descripción del momento presente pero que por desconocer toda ley que opere más allá de la realidad visible, resulta incapaz de proyectar una estrategia ofensiva a largo plazo.
El camino propuesto por el marxismo, cuando opera como teoría de la historia y como principio de dirección política, es otro: relacionar los dos niveles, establecer desde el punto de vista de la clase que lidera el campo objetivo de la revolución cuál es el grado de correspondencia que existe entre sus intereses y su actualización en el espacio de la política de poder. Y estudiar también el mismo proceso en el otro campo, relacionar predominio y hegemonía en el interior del otro bloque. Por ello, todo análisis de coyuntura (y una línea política no es otra cosa que eso) supone integrar el examen del sistema de contradicciones -de la lucha de clases- tal cual se da en la estructura (para definir así el "tipo" de revolución y las condiciones de constitución de las fuerzas sociales) con la especificación de los aspectos principal y subordinado de ese sistema de contradicciones, esto es, con la discriminación acerca de la relación de fuerzas políticas tal cual ella se da, que es lo que marca en definitiva la característica de la etapa.
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Es en ese sentido que el análisis de coyuntura fusiona
sociología y política. |
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