La tarea actual de la administración es interpretar los objetivos propuestos por la organización y transformarlos en acción organizacional a través de la planeación, la organización, la dirección y el control de todos los esfuerzos realizados en todas las áreas y niveles de la organización, con el fin de alcanzar tales objetivos de la manera mas adecuada a la situación.
Los principales desafíos para la administración serán los siguientes:
crecimiento de las organizaciones
competencia mas agresiva
sofisticación de la tecnología
La tecnología introducirá nuevos procesos e instrumentos que afectaran la estructura y el comportamiento de las organizaciones:
tasa elevadas de inflación
internacionalización de los negocios
protagonismo mayor de las organizaciones
Todos estos desafíos traerán una consecuencia para la administración de las organizaciones: la administración de la incertidumbre.
Los cambios rápidos y bruscos, el crecimiento organizacional, la competencia de las demás organizaciones, el desarrollo tecnológico, los fenómenos económicos de la inflación, la internacionalización de las actividades, el protagonismo y el peso de la opinión publica harán que las organizaciones del futuro deben tener en cuenta, no solo la previsión, la continuidad y la estabilidad sino también la imprevisión, la discontinuidad y la inestabilidad en todos los sectores de la actividad empresarial. Nuevas formas y modelos de organización serán necesarios, y será imprescindible una nueva mentalidad en los administradores.
La administración
Es el proceso de diseñar y mantener un entorno en el que, trabajando en grupos, los individuos cumplan eficientemente
objetivos específicos.
Cuando se desempeñan como administradores, los individuos deben ejercer las funciones administrativas de planeación, organización, integración de personal, dirección y control.
La administración se aplica a todo tipo de organizaciones.
Se aplica a administradores de todos los niveles organizacionales.
La intención de todos los administradores es la misma: generar un superávit.
La administración persigue la productividad, lo que implica eficacia y eficiencia.