ALEMANIA

Posee enormes riquezas materiales que, si bien inició tarde su industrialización y con ayuda de capitales extranjeros (franceses, ingleses y belgas), pronto se desarrolló hasta convertirse, en la segunda mitad del siglo XIX, en el primer país industrial del continente y en un peligroso rival de Inglaterra. Una de las razones a este avance, es la importancia del Estado en todo el proceso.

El Estado prusiano, agente de la unificación política, impulsó la economía como un medio para conseguirla. El primer paso fue el zollverein o Unidad Aduanera entre los numerosos Estados alemanes. Fue creado por F. List, donde aseguraba que sin la desaparición de las múltiples aduanas que separaban a los estados alemanes, no era posible el intercambio de mercaderías, elemento necesario para la industrialización. Así en 1834 se logró un zollverein general.

En 1838 comenzó la unidad monetaria, que hacía posible, y a su vez, exigía la construcción de una red ferroviaria; este sector, a su vez fomentó el desarrollo de la siderurgia y la minería de carbón. Así, Alemania, se especializó en la industria pesada y bienes de equipo.

Su comienzo fue próspero gracias a las indemnizaciones de guerra pagadas por Francia. Las relaciones entre banca e industria fueron más estrechas que en ningún otro país.


Ya en 1914, los bancos alemanes poseían las dos terceras partes de sus carteras en valores extranjeros. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, Alemania producía más hierro fundido que Inglaterra y Francia juntas y más acero que estas dos más Rusia.