Actitudes hacia el patrimonio cultural en los siglos XIX y XX - 2

Será otro italiano, Gustavo Giovannoni, durante las primeras décadas de este siglo, quien complete el enfoque científico de la conservación. Partiendo de estudios de Historia de la Arquitectura, se interesará paulatinamente en la conservación de monumentos.

Sus conceptos y principios constituyeron la base de la Carta de Atenas de 1931, primer documento internacional sobre el tema, en el que aparece el concepto de respeto al ambiente en el cual está inserto el monumento así como a la fisonomía de la ciudad.

Respecto a cómo intervenir en los monumentos, él retoma todas las ideas de Camillo Boito, pero también hace una síntesis, proponiendo cinco modelos o formas de intervención.

Consolidación, es decir, consolidar lo que está, lo que existe, que puede incluir tanto el mantenimiento, fíjense que la acción básica en el patrimonio es mantener constantemente, o algún tipo de reparación.

Recomposición, para lo cual empleó el término anastilosis, que significa volver a poner en su lugar alguna pieza original que se hubiera desprendido, se hubiera caído. Esto significaría la recomposición siempre usando elementos originales.

Liberación, o sea, quitarle al monumento aquellas partes que puedan ser nocivas, que puedan quitarle valor y acá se empieza a vislumbrar algo, que después va a estar más claramente dicho en la Carta de Venecia. Recuerden que Violet-le-Duc partía de estudiar un monumento y clasificarlo estilísticamente, decía esto es gótico del siglo XII, todo lo que no era siglo XII, afuera, independientemente que tuviera valor, que no lo tuviera, que fuera bello. Lo que empieza a aparecer acá, y cuando Giovannoni explica la idea de la liberación, ¿se le pueden quitar cosas a un edificio de valor patrimonial? Si, se le pueden quitar, pero con un juicio previo, una discusión previa, en la cual  se determine el significado de eso que le estamos quitando. Porque es cierto, y él lo reconoce acá que muchas veces a los edificios se le han hecho intervenciones que son inadecuadas, que no tienen valor en si mismas, que es raro que alguien, aún después de 200 años les pueda dar valor. El, entonces, dice que en esos casos podemos liberar al edificio de aquellas partes que lo están perturbando.

Completamiento, o sea completar las partes que le faltan a los edificios, de modo de poder comprenderlos adecuadamente. En este caso Giovannoni recomendaba marcar la diferencia entre lo original y lo nuevo.

Innovación, que está relacionada más que nada con el aspecto funcional. Muchas veces a los edificios le tenemos que agregar componentes para que puedan funcionar adecuadamente. Sin ir más lejos, y para poner un caso, un ejemplo social, muchas veces a edificios antiguos hay que agregarles instalaciones que no tenían, instalaciones de aire acondicionado, de electricidad, etc. Obviamente eso hay que hacerlo, pero Giovannoni dice que hay que hacerlo identificando lo nuevo de lo original.

Además de estas cuestiones referidas a intervenciones en edificios, Giovannoni alentó el estudio de la llamada arquitectura menor, es decir aquella común, contrapuesta a la idea de monumento.


Con esta postura inició el camino hacia la ampliación del concepto de patrimonio así como a la salvaguardia de áreas o centros históricos.

A partir de la década de 1930 la teoría de la conservación del patrimonio queda plasmada fundamentalmente en una serie de documentos internacionales, por lo cual procederemos a continuación a una mención de los principales.

 
 
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