Subtema 2. El método hipotético deductivo simple

 Introducción


Esta unidad continúa otras unidades previas. En ellas se introdujeron algunas nociones básicas, como las que se refieren al lenguaje de la ciencia, la definición de niveles de lenguaje, las leyes científicas, etc. No se van a reiterar en este momento, por lo que sugiero releerlos si surge alguna dificultad en la comprensión de algún término especializado.

Se sintetizarán, en cambio, algunas nociones sobre el método inductivo, que son introductorias a la comprensión del método hipotético deductivo, que es considerado en nuestros días el método científico por antonomasia, aquel en el que se presentan tanto los artículos científicos como los proyectos de investigación, así como la forma en que se analizan los artículos que se leen.

El secreto del método científico es que dice qué clase de relación existe entre nuestra experiencia inmediata, aquello que se puede constatar personalmente, y las leyes de la ciencia, que hablan de lo que ocurre en todos los casos, en todo tiempo y lugar, y que por consiguiente, no puede constatarse personalmente.

Habíamos mencionado que durante siglos, se había considerado que el método inductivo era el método de la ciencia. Las leyes se justificaban pues desde los casos que conocemos, se inducen, por generalización, esos enunciados generales que son las leyes.

También habíamos mencionado que al menos desde Hume, se sabía que la inducción no podía ser justificada de ninguna manera, y por lo tanto, que la misma ciencia, sus leyes, no tenía justificación.

Desde el Círculo de Viena, un grupo formado en Viena alrededor de los años veinte del siglo pasado por científico, lógicos y matemáticos de primera línea, entre los que cuentan Einstein y Russell- se responde que las leyes no son auténticos enunciados, son sólo reglas para pasar de unos enunciados que habla de sucesos observables -de Nivel I- a otro enunciado que habla de otro hecho observable, que ocurre a continuación del primero. Así, una inducción muy simple como la que permite decir que cuando escuchamos un trueno, pronto veremos un rayo, pues siempre sucedió así.

Desde el lenguaje de la ciencia, decimos que el primer enunciado "Constato que este paciente presenta manchas de Koplick" es de Nivel I, y lo mismo lo es el segundo que predice "Al tiempo presentará una erupción sarampionosa".
Para quienes buscaban escapar al problema de la inducción, hay simplemente una unión, dada por la experiencia, entre el primer enunciado y el segundo.

Podemos compararla con la otra posición, la que sostiene que entre ambos enunciados, posibilitando el razonamiento, existe una ley no enunciada más o menos de la siguiente forma:

"En todos los casos, si un paciente presenta manchas de Koplic, entonces tendrá en poco tiempo una erupción sarampionosa".

Una ley que se obtiene por inducción de los numerosos casos en que una erupción siguió a una manchas en la boca.
Si la primera posición está en lo cierto, las leyes no necesitan ser justificadas, no es necesario invocar un proceso inductivo que las justifique, desde el momento en que no hay leyes propiamente dichas, entendidas como enunciados generales que hablan de todos los miembros de un conjunto en los que sucede aquello que dice la ley, en todo tiempo y lugar.

La crítica de Hume no tiene, por lo tanto, ninguna consecuencia para el conocimiento científico, que está formado exclusivamente por enunciados que hablan de cosas a las que podemos observar sin nada más que nuestros ojos -rayos y truenos, manchas de Koplick y erupción del sarampión-, y cuya verdad o falsedad puede constatarse, entonces, directamente.

Pero se tenía la certeza de que la ciencia hablaba de cosas de las que no teníamos experiencia directa, y que con eso explicaba aquello de que podíamos observar, ampliando el universo de lo conocido. Sin la ciencia no hubiéramos sabido de los mundos del microscopio ni del telescopio, no hubiéramos conocido el inconsciente, las reacciones químicas, los genes. No hubiéramos sabido que el sarampión es una enfermedad causada por un microorganismo.

La propuesta de algunos miembros de Círculo de Viena -llamado instrumentalismo, pues sostenía que las leyes eran sólo instrumentos, y como tales, ni verdaderas ni falsas-, si bien eliminaba el problema de la inducción, no explicaba a la ciencia tal como la conocemos.

La solución a esta disyuntiva la da un filósofo vienes -Karl Popper-, contemporáneo y amigo de los miembros del Círculo de Viena, que plantea que la ciencia no es inductiva, sino hipotética y deductiva. Mediante su propuesta la ciencia deja de ser injustificada, para pasar a ser una actividad racionalmente justificada.

En lo que sigue mostraremos los elementos que forman el método hipotético-deductivo, y los principios en los que se fundamenta.

A los efectos expositivos, dividiremos al método hipotético-deductivo en dos versiones:

  • una que llamaremos simple o dogmática, y
  • otra, la definitiva, que llamaremos compleja o liberalizada.

El método hipotético-deductivo simple, aunque incompleto, es una versión que contiene los elementos básicos del método, y la manera más clara de presentarlo.


Para terminar, relacionaremos los elementos del método hipotético-deductivo simple con los puntos que deben figurar en un proyecto de investigación, o un artículo científico.
Luego de exponer el método más complejo, en los próximos apartados, haremos lo propio con los puntos de los artículos científicos que corresponden a sus elementos, que son una continuación de los anteriores, completándolos, pero sin eliminarlos.

 
 
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