Contrariamente al método inductivo, Popper nos hace ver que ninguna
ciencia, ningún conocimiento puede comenzar por la observación
de lo que sucede. Su criterio es muy simple. Sencillamente, nos dice que
si alguien nos pregunta acerca de lo que nos transmiten nuestros sentidos
en un momento determinado, difícilmente sepamos como responderle
correctamente.
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¿Debemos contestarle que estamos sentados, frente a un
río? ¿O que vemos llover? ¿O que el pasto es
verde, brillante? ¿O que se forman charcos aquí y
allá por la lluvia? ¿O que escuchamos la radio transmitiendo
un programa de ópera? ¿O que nuestro perro nos acompaña?
¿Que alguien pasa corriendo, y grita? |
Como constatamos, no hay una única respuesta a la pregunta acerca
de qué experimentan nuestros sentidos. Algunas de las cosas que
experimentamos tienen relación entre sí, otras no.
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Popper nos indica que una experiencia dada, para que sea significativa,
tiene que serlo con respecto a un punto de vista específico, y
no otro.
Una respuesta es adecuada, si nos preguntamos por el tiempo. Otra, si
lo es por el lugar en el que estamos. Otra, por nuestra posición.
Otra, por lo que escuchamos, etc. |
En ciencia, el punto de vista que dirige la experiencia, la observación,
es una hipótesis.
Desde nuestro ejemplo de la medicina, observamos con cuidado la boca
del paciente -además de porque lo exige la buena rutina clínica-,
pues tenemos la hipótesis, por presentar además decaimiento
y temperatura, de que padece una enfermedad infecciosa, que dada su edad,
pudiera ser una eruptiva. Creemos que es un caso -un ejemplo- de la teoría
infecciosa de las enfermedades, que dice que en "todos los casos
en que encontremos una mancha de Koplik en la boca del paciente, este
tendrá una erupción sarampionosa". Es el conocimiento
de esta hipótesis la que nos hace buscar en la boca del paciente,
y luego la erupción, o palpar los ganglios para saber si no será
una erupción rubeoliforme.
Es hora que definamos qué se entiende por hipótesis.
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Una hipótesis es una proposición general, de la
forma "Todos...." -una ley, en fin-, cuya verdad o falsedad
desconocemos, pero a la que investigaremos para ver si es verdadera
o falsa. Se trata, pues, de un enunciado de Nivel II o III, que
hemos definido como el nivel de lenguaje de las leyes. Como veremos,
es la respuesta tentativa a un problema con el que nos enfrentamos. |
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El método, pues, no empieza, no puede empezar por observaciones,
sean cuales sean. El sentido de las investigaciones no va desde la observación
hacia las leyes, sino, sorprendentemente desde lo que se conocía
hasta ese momento, desde las leyes -las hipótesis, hacia las observaciones.
Para decirlo en el lenguaje de la ciencia, no va desde enunciados de
Nivel I -enunciados observacionales- a enunciados de Nivel II o III, como
lo quiere la inducción, sino de éstos a los enunciados de
Nivel I, que dirán de su verdad o falsedad. |