Subtema 3. El método hipotético-deductivo liberalizado

 Introducción


En el artículo anterior presentamos un esquema del método hipotético-deductivo que presentaba una secuencia de pasos al final de los cuales, dependiendo de los resultados de la investigación, la hipótesis se encuentra o bien refutada, si sus predicciones no coinciden con lo observado, o bien corroborada, si coinciden.

Habíamos mencionado que si bien posibilita una introducción adecuada a los principales argumentos del hipotético-deductivismo, ha sido llamada dogmática o ingenua, y provendría de una incorrecta simplificación del pensamiento de Karl Popper y de Claude Bernard.

Aun cuando podamos considerarla dogmática, representó un avance frente al inductivismo, que obligaba a partir de hechos desnudos y a inducir luego teorías verdaderas. Tres pretensiones que constituían exigencias imposibles de cumplir, al estar desvinculadas de la realidad de la investigación, y frente a las cuales incluso el refutacionismo dogmático representó una liberación para los científicos.

El hipotético-deductivismo se ha llamado también refutacionismo o falsacionismo. Al invertir la relación entre teorías y hechos, y al estipular que las primeras son libres creaciones del intelecto humano, el hipotético-deductivismo rompe el corsé de acero del inductivismo, que limitaba la labor científica a observar hechos (pero ¿cuáles?), induciendo luego leyes que no se encontraban justificadas por el método, y en las cuales no se podían introducir conceptos explicativos nuevos, los términos teóricos propios de cada ciencia.

Habíamos dicho que una hipótesis es una propuesta de solución a un problema. Normalmente dentro del método hipotético-deductivo, se trata de un problema empírico, que plantea la realidad. Pero también puede tratarse de un problema dentro de una teoría dada, y no sólo de un problema empírico



Claude Bernard, el gran científico iniciador de la fisiología hacia mediados del Siglo XIX, y que presentó por primera vez al método hipotético-deductivo casi como se lo conoce en la actualidad, narra una experiencia que ilustra acabadamente el punto:


"Hace mucho tiempo yo anuncié un experimento que sorprendió grandemente a los fisiólogos: el experimento consiste en producir a un animal la diabetes artificial mediante la puntura de la base del cuarto ventrículo. Yo me sentí tentado a probar esta punción como resultado de consideraciones teóricas que no necesito recordar; todo lo que necesitamos saber aquí es que lo logré a la primera tentativa, a saber que el primer conejo que operé se puso totalmente diabético. Pero luego hice el experimento repetidas veces (8 ó l0), sin obtener los mismos resultados. Entonces me encontré presencia de un hecho positivo y de ocho o diez hechos negativos; sin embargo nunca pensé en negar mi primer experimento positivo en favor de los experimentos negativos subsiguientes. Totalmente convencido de que mis fracasos se debían a que no conocía las verdaderas condiciones de mi primer experimento, persistían mis trabajos tratando de descubrirlas. Como resultado, logré definir el lugar exacto de la punción y mostrar las condiciones en que debería colocarse el animal que había que operar; de modo que hoy podemos reproducir la diabetes artificial, siempre que nos coloquemos en las condiciones que sabemos que son necesarias para su aparición."

Claude Bernard nos muestra, primeramente, coincidiendo con Popper, que el experimento surge de la teoría y no a la inversa ("yo me sentí llevado a probar esta punción como resultado de consideraciones teóricas que no necesito recordar"), y a continuación su tenacidad en persistir en su hipótesis primera, pese a repetidas situaciones refutatorias. Luego va a argumentar -y suponemos que debe haberse visto frente a tales situaciones en el curso de sus extensas investigaciones- que debería persistirse incluso en ausencia de un primer éxito casual como el que menciona:

"Voy a añadir a lo anterior una reflexión que muestra cuántas fuentes de error pueden rodear a los fisiólogos en la investigación de los fenómenos vitales. Voy a suponer que en lugar de lograr inmediatamente poner diabético al conejo, habían aparecido al principio todos los hechos negativos; resulta claro que, después de fracasar dos o tres veces, debería haber llegado a la conclusión de que la teoría que me servía de guía era falsa,y que la punción del cuarto ventrículo no producía diabetes. Pero habría estado equivocado; con cuánta frecuencia se han debido equivocar los hombres y se deben equivocar aún a este respecto."

No piensa, en el relato anterior, que su teoría esté refutada porque el experimento no fue exitoso en más de ocho ocasiones. Ahora nos dice que tampoco la hubiera considerado así aunque la experiencia hubiera salido mal dos o tres veces, incluso en ausencia de un éxito casual que animara seguir el camino emprendido. Y si, siguiendo los dictámenes del refutacionismo ingenuo lo hubiera hecho, si hubiera pensado que la confrontación con la naturaleza la refutaba, hubiera estado en un error.

¿Cometía acaso un atentado contra la racionalidad, contra la lógica cuando procedía de esta manera, como lo hubiera supuesto un refutacionista dogmático?

El hipotético-deductivismo liberalizado es la respuesta metodológica que devuelve la razonabilidad al proceder del científico cuando defiende su hipótesis pese al fallo descalificatorio de la naturaleza, concediéndole una cuota mayor de libertad en su accionar.

Ella surge de las condiciones propias de la situación experimental -que introduce una complejidad mayor al esquema del hipotético-deductivismo-, y al cuestionamiento de lo indubitable de el o los enunciados básicos que refutan la hipótesis.

 
Lo dogmático consiste en la creencia de que los enunciados básicos cuando contradicen a las hipótesis fundamentales las refutan inexorablemente, siendo obligación del científico acatar el NO que le dicta la naturaleza, y rechazarlas de inmediato.
 
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