Cómo Funciona el Psiquismo para el Psicoanálisis


El psicoanálisis concibe la vida psíquica cono evolución incesante de fuerzas elementales, posee un concepto dinámico del psiquismo.

El instinto regula la reproducción en el mundo animal, en lo humano se trata de la pulsión sexual que está regulada o simbolizada por la cultura. No son simples actos de estimulo y respuesta sino que el ejercicio de la sexualidad se desarrolla a través de variadas representaciones psíquicas (simbolizada).

El aparato psíquico esta gobernado por diversos principios:

El Principio del Placer/ Displacer

Tendencia a aferrarse a las fuentes de placer disponibles. Experimentar placer, evitar los actos que provocan displacer, retirando la actividad psíquica de ellos. Según este principio el no cumplimiento de deseos aumenta la excitabilidad, es vivido como displacer, y la satisfacción es placer.

El conjunto de la actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer. Dado que el displacer va ligado al aumento de las cantidades de excitación, y el placer a la disminución de las mismas, el principio de placer constituye un principio económico. Las pulsiones sólo buscarían descargarse, satisfacerse por los caminos más cortos.

El Principio de Realidad

El niño accede a la realidad a través de los simbolismos culturales que le son transmitidos en su crianza, así llegara a representarse el mundo, no tiene otra forma de aprehender el mundo. Progresivamente, con el desarrollo infantil en interacción con el ambiente, se efectúa el aprendizaje de la realidad, que es el único que permitirá a la persona, a través de los rodeos y aplazamientos necesarios, alcanzar la satisfacción buscada.

El Principio de Constancia

Tiende a reducir las excitaciones apremiantes desde lo interno a lo mínimo posible, buscando recuperar el estado de reposo.

El Principio de Inercia

Se trata de la reducción a cero de todo tipo de energía. En los seres humanos este principio de quiebra por el llamado “apremio de la vida”, que se refiere a los estímulos corporales (o estímulos endógenos, luego llamados pulsiones) que deben ser descargados, pues pugnan por ello. Éstos provienen de células del cuerpo y configuran las grandes necesidades: hambre, respiración y sexualidad.

Por otra parte, Freud postulo la hipótesis de la existencia de una ENERGÍA PSÍQUICA, o también llamada energía pulsional que proviene de fuentes internas (endógenas) corporales y que puede aumentar o disminuir, desplazarse o descargarse “y que se extiende sobre las representaciones, un poco como una carga eléctrica sobre la superficie de los cuerpos". La energía entonces carga (con mayor o menor intensidad) las representaciones (contenidos, imágenes, palabras, etc.) y se desplaza de una a otra.

 
 
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