Clase 5




Comentamos la lectura de La esencia de lo político, de Julien Freund. Freund sostiene la noción de presupuesto de lo político, es decir, no se trata de accidentes o realidades ocasionales, sino de estructuras transhistóricas, si quiere, asincrónicas, que están siempre presentes en todas las manifestaciones histórico- temporales.

Uno podría decir que la noción de presupuesto – similar o idéntica a la de supuesto básico- es equivalente a la noción de esencia, en tanto ésta es invariable.



Por ejemplo, si decimos que la esencia del hombre es ser un animal racional, no estamos acotando esa condición a los últimos 200 años ni a una fase cualquiera de la existencia histórica del hombre, sino a todas.

Es decir, siempre y en toda circunstancia podemos decir que hay hombre si hay animal racional, si no, no.

Algo similar ocurre con la noción de presupuesto de lo político de Freund. No es que la política pueda tener esos caracteres en un momento dado y dejar de tenerlos en otro.

En ese sentido Freund dice ser realista: su análisis se basa en la experiencia histórica, no en las ilusiones ni las ideologías.

Por ello afirma que hay tres presupuestos:

  • Mando - obediencia
  • Público - privado
  • Amigo - enemigo

Es importante ver que la relación mando - obediencia remite a la perennidad de la comunidad política y se desprende del pensamiento clásico.

Una clara comprensión del Estado más allá de la modernidad, como condición de la organización social. La distinción de público - privado tiene más vínculo con la esfera interna de la sociedad. Los regímenes autoritarios, y ni hablar los totalitarios (como el nacionalsocialismo y el comunismo), inundan la vida privada con decisiones, fuerzas y presiones nacidas en el nivel público. Se meten con la fe, las creencias privadas, las costumbres particulares, familiares, o la religión.

En cambio, los regímenes no totalitarios no avanzan más allá del dominio público. Uno puede objetar que siempre se moldea un tipo de familia, moda o de vida privada. En todo caso, con presión o sin ella, los regímenes no totalitarios permiten que las personas y las familias decidan sobre sus costumbres, creencias, etc. Hay algunos límites, por cierto. En caso de guerra o catástrofe, la movilización militar, el reclutamiento, etc. son parte del acotamiento de esa distinción.

Y finalmente, la distinción amigo- enemigo. Por cierto, el presupuesto nos dice que todo régimen político, toda comunidad política y todo estado o país tienen amigos y enemigos. No puede escaparse a la enemistad a riesgo de ser tragado o afectado por la misma. Es una tesis schmittiana, que Freund asume plenamente, aunque incorporando esos aspectos anteriores.

 
 
 
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