De lo expuesto hasta aquí podemos elaborar una hipótesis sensible de ser probada y según la bibliografía consultada, aseverar que el desarrollo de habilidades sociales frente a situaciones de conflicto favorecen el bienestar psicológico del individuo, en interacción continua con el ambiente (familia, trabajo, amigos y calidad de vida).
¿Qué es el bienestar psicológico?
Una persona tiene alto bienestar si experimenta satisfacción con su vida, si frecuentemente su estado anímico es bueno y solo ocasionalmente experimenta emociones poco placenteras, como tristeza o rabia. Diener (1984) define la satisfacción con la vida, como el juicio subjetivo que hacen las personas acerca de sus vidas. La definición involucra una autoevaluación acerca del grado en que se alcanzaron los objetivos vitales (trabajo, vivienda, salud, etc.) Es, por lo tanto, un marcador del nivel de aspiraciones y difiere de la evaluación de la satisfacción basada en los estados emocionales (que pueden fluctuar según el día en que se evalúan).
El éxito de las personas para alcanzar sus metas depende, en gran medida, de las estrategias utilizadas y de cómo pueden afrontar los inconvenientes que les plantea el ambiente. Al mismo tiempo no todas las estrategias son igualmente útiles para todas las personas y para todos los ambientes.
En una investigación sobre objetivos vitales y satisfacción realizada en Argentina, con adolescentes de entre 15 y 18 años, se pudo constatar que los más satisfechos eran aquellos que habían alcanzado sus objetivos al momento presente y esperaban desarrollarlos aún más en el futuro. Tenían mucho apoyo social y control sobre sus metas. Por otro lado, percibían pocos obstáculos para el logro de los proyectos, y sus objetivos vitales no estaban en conflicto entre sí. Por el contrario, los adolescentes que registraban menor satisfacción vital, eran los que registraban menor control personal, bajo apoyo social y muchos obstáculos (Castro Solano, 2000).
Modelos situacionales (Bottom up) versus Modelos Personológicos (Top down)
Para la teoría del bottom up, una persona que esté expuesta a una mayor cantidad de eventos vitales felices estará más satisfecha con su vida. Los modelos situacionales proponen que la suma de momentos felices en la vida da como resultado la satisfacción de las personas (Diener, Sandvick y Palvot, 1989). Estas teorías otorgan gran importancia a las circunstancias que las personas tienen que vivir. Sin embargo, la investigación ha demostrado que las circunstancias poco influyen en la explicación de la satisfacción vital (Lyubomirsky, 2007).
Por otro lado, los enfoques top down suponen que el bienestar es una disposición general de la personalidad y dado que la personalidad es estable, el bienestar también lo es. Según este enfoque “las personas felices por naturaleza” son aquellas que ya tienen una disposición a experimentar mayor satisfacción en el trabajo, en la familia, con amigos y en el tiempo libre. En conclusión, desde las teorías situacionalistas la satisfacción es un efecto del bienestar percibido en cada una de las áreas vitales de las personas, mientras que en los enfoques personológicos, la satisfacción es esclava de las variables temperamentales, difíciles de modificar… Entonces, ¿podríamos inferir que las personas extrovertidas son más felices que las introvertidas?, o que ¿existen personas crónicamente felices y crónicamente infelices?
Estas preguntas motivaron el surgimiento de nuevas líneas de investigación y así nacieron las Teorías de la Adaptación.
Esta teoría considera que la adaptación es la clave para entender la felicidad. Ante el impacto de eventos altamente estresantes, las personas simplemente se adaptan y vuelven a su nivel de bienestar previo (set point). Cuando nos habituamos a determinados acontecimientos, el efecto inicial se diluye y las fuentes de recursos personales pasan a estar libres otra vez, para poder hacer frente a nuevos estímulos que requieren atención inmediata.
La evidencia empírica de que las condiciones externas no explican el bienestar otorga considerable soporte a esta teoría. Tanto el ganar más dinero, como el atractivo físico o las condiciones objetivas de salud explican alrededor de un 15% en la variación del bienestar (Diener, Lucas y Scollon, 2006).
Existen nuevos aportes a éste modelo, que indican que las personas después de vivir un acontecimiento estresante, no volverían al nivel de bienestar anterior sino que dependerá de su temperamento y rasgos de personalidad. Algunas personas cambian más y otras cambian menos, es decir que algunas se adaptan y otras no.
En síntesis:
Teorías situacionalistas |
Las personas con más bienestar son aquellas que viven experiencias vitales positivas con mayor frecuencia. |
Teorías personológicas |
El bienestar está anclado en las variables de la personalidad. Las personas con alta extraversión y bajo neuroticismo son más felices. |
Teorías de la adaptación |
El bienestar es relativamente estable. Los eventos vitales tienen poco impacto sobre el nivel de bienestar en el largo plazo. Importancia del punto de anclaje (set point) |
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